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Patentan plástico biodegradable con nanoparticulas

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Investigadores de la Universidad del Bío-Bío crearon una alternativa sostenible a los materiales que no se degradan y se utilizan para envasar alimentos.

En supermercados abundan las bandejas de poliestireno, comúnmente conocido como plumavit, que se usan para envasar carnes o pescados, como también las bandejas de polipropileno, donde generalmente vienen algunas frutas, como las frutillas.

El polímero que utilizan se llama polihidroxibutirato y se produce a partir de material natural, como el bagazo de caña de azúcar. “Es totalmente de origen natural, biocompatible y biodegradable”, precisa Galo Cárdenas, uno de los investigadores, químico, y académico del Departamento de Ingeniería en Maderas de la UBB.

Para ofrecer una solución sustentable a estos plásticos no biodegradables, que se usan en el transporte de alimentos, investigadores de la Universidad del Bío-Bío (UBB), desarrollaron y, este año patentaron, un plástico biodegradable con nanopartículas de cobre y plata. Aseguran que sería uno de los primeros de su tipo.

El polímero que utilizan se llama polihidroxibutirato y se produce a partir de material natural, como el bagazo de caña de azúcar. “Es totalmente de origen natural, biocompatible y biodegradable”, precisa Galo Cárdenas, uno de los investigadores, químico, y académico del Departamento de Ingeniería en Maderas de la UBB.

Vida útil

Lo nuevo del material que desarrollaron son las propiedades bactericidas y fungicidas otorgadas por las nanopartículas, en un rango entre 30 y 80 nanómetros, de cobre y plata. “Calculamos la concentración mínima inhibitoria que se necesita para que las bacterias no crezcan, de acuerdo a eso le agregamos la cantidad adecuada al polímero de nanopartículas de cobre y plata”, precisa.

De esta manera, explica el investigador, el material inhibe el crecimiento de: escherichia coli, pseudomonas, staphylococcus aureus, staphylococcus epidermidis y hongos como Penicillium, entre otros comunes.

“Uno de los mayores problemas de contaminación en los alimentos son las bacterias, entonces buscamos alternativas para disminuir eso. Cualquier envase que tú uses y que después quieras reciclar o reutilizar, si tiene este material no va a tener bacterias, a diferencia de lo que ocurre con una botella desechable”, explica.

“Si bien puedes picar, moler y reutilizar la botella desechable de polietileno, no puedes volver a utilizarla como envase para algún alimento, porque la probabilidad que tenga bacterias u hongos es muy alta”, puntualiza.

“La idea es que este polímero con nanopartículas permita darle una segunda vida útil a este elemento (las bandejas), para que se pueda seguir utilizando en casa, por ejemplo, como envase para alimentos. Esto entrega un plus a nuestro material comparado con cualquier otro tipo de envase de polímero comercial”, señala Mario Núñez, académico del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la UBB, quien también participó en el desarrollo de este producto.

Por otra parte, si se decide no reutilizar el envase, señala Cárdenas, “lo entierras y se degrada en tres a cuatro meses”.

Sin embargo, su uso no es solamente para envasar alimentos. “Se pueden hacer cubiertos. Hay múltiples aplicaciones, prácticamente lo que se te ocurra, hasta bolsas para guardar suero”, dice el académico.

Núñez agrega que también tendría aplicaciones en el área de Ingeniería Civil: “Se pueden utilizar en el mundo de la construcción, por ejemplo, en mezcla con otros materiales como el hormigón o subproductos de la madera. Es muy versátil y mantiene sus propiedades”.

Además, Cárdenas resalta que el polímero se puede hacer en Chile, lo que estudiaron con ingenieros químicos utilizando como materia prima el bagazo que se obtiene de la remolacha azucarera. Y si bien todavía no van a empezar a comercializarlo, están buscando empresas interesadas para hacerles la transferencia de la tecnología ahora que está patentada.

Los consumidores pueden ayudar reduciendo los desechos y actuando de forma reflexiva a la hora de comprar, optando por una opción sostenible siempre que sea posible.

Tanto el envase blanco, como la tapa de tono café, fueron producidos con este plástico.

 

*Nota publicada este jueves 19 de mayo en el suplemento de Innovación de diario El Mercurio

Fuente: https://digital.elmercurio.com/2022/05/19/ME-I

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