Representante del Centro Tecnológico Tecnalia-España, destaca potencial de colaboración con la Universidad del Bío-Bío en innovación tecnológica y sostenibilidad
Iñigo Lazkanotegi Larrarte, especialista en desarrollo de negocios del centro tecnológico vasco Tecnalia, el mayor centro de investigación aplicada y desarrollo tecnológico de España, un referente en Europa visitó la Universidad del Bío-Bío para fortalecer la cooperación en áreas como inteligencia artificial, manufactura avanzada y construcción sostenible.
“La inteligencia artificial, como toda tecnología poderosa, puede ser usada para el bien o para el mal. Por eso debemos confiar en la conciencia y la voluntad del ser humano para garantizar un desarrollo ético y sostenible”, Iñigo Lazkanotegi.
En el marco de las actividades impulsadas por el proyecto PATI liderado por el académico e investigador Dr. Mario Ramos y el Dr. Francisco Gatica, la Universidad del Bío-Bío recibió la visita del representante de Tecnalia, uno de los principales centros tecnológicos de España y del sur de Europa.
Durante su estadía, Iñigo Lazkanotegi, quien se desempeña en desarrollo de negocio en Tecnalia, participó como expositor en el seminario: Datos, Industrias 4.0 e inteligencia artificial, donde, además, sostuvo reuniones con investigadores y autoridades universitarias. El encuentro buscó identificar sinergias y fortalecer la cooperación internacional entre ambas instituciones.
“No es la primera vez que estoy en Chile ni en la Universidad del Bío-Bío. Con el Dr. Ramos y el Dr. Cristhian Aguilera ya habíamos compartido experiencias y vínculos a partir de visitas a ferias tecnológicas en Bilbao. Esta relación se ha ido consolidando en torno a proyectos conjuntos y al interés por desarrollar soluciones tecnológicas con impacto real”, destacó Lazkanotegi.
Desde su experiencia en transferencia tecnológica y desarrollo de soluciones singulares para la industria, el representante de Tecnalia subrayó la afinidad existente entre ambos organismos en términos de visión y objetivos.
“Compartimos una mirada común sobre cómo gestionar la relación con el cliente, cómo traducir la investigación en valor y cómo enfrentar retos similares en la transferencia de tecnología a la industria”, comentó.
En cuanto a los principales campos de acción de Tecnalia, Lazkanotegi señaló que la organización aborda desafíos sociales y productivos mediante la aplicación de tecnologías habilitadoras. “Trabajamos en áreas como la fabricación avanzada, la transformación digital y la construcción sostenible, ámbitos en los que existen puntos de conexión muy claros con la Universidad del Bío-Bío”, indicó.
Asimismo, destacó la importancia de los centros tecnológicos como espacios de articulación entre universidad y empresa, enfatizando que “cumplen un rol clave en la generación de conocimiento y prosperidad, pero requieren una participación activa del sector empresarial para definir sus líneas de investigación y aprovechar su potencial innovador”.
Respecto a las oportunidades de colaboración con Latinoamérica, el representante de Tecnalia destacó la existencia de desafíos tecnológicos comunes, como la descarbonización, el déficit de vivienda o la digitalización de procesos industriales. “Chile tiene un liderazgo indiscutible en sectores como la minería y una gran especialización en tecnologías asociadas a la madera. Es ahí donde la cooperación tecnológica puede generar valor compartido”, explicó.
En relación con las tendencias que marcarán el futuro, Lazkanotegi fue enfático: “La inteligencia artificial ya está transformando la sociedad y será clave en la transición hacia la descarbonización. Junto con la robótica y los nuevos materiales, abre la puerta a lo que algunos llaman una ‘abundancia sostenible’, un escenario donde la tecnología nos permita centrarnos más en el valor humano”.
Finalmente, respecto a los desafíos éticos y sociales que plantea la IA, subrayó la necesidad de avanzar en regulación y autorregulación responsable: “La inteligencia artificial, como toda tecnología poderosa, puede ser usada para el bien o para el mal. Por eso debemos confiar en la conciencia y la voluntad del ser humano para garantizar un desarrollo ético y sostenible”.
Fuente: VRIP Comunicaciones





