Investigadores UBB obtienen dos nuevas concesiones de patentes ante INAPI
Los seleccionados corresponden a los académicos Juan Reyes y Ricardo Villalobos y sus respectivos equipos. Ambos investigadores del Departamento de Ingeniería en Alimentos, de la Facultad de Ciencias de la Salud y de los Alimentos de la Universidad del Bío-Bío.
Junto con saludar, agradezco esta gran noticia; aprovecho de felicitar y reconocer al profesor Juan Esteban Reyes, Dra. Gipsy Tabilo, y Dr. Mario Pérez, junto al Dr. Ricardo Villalobos por este logro, que refleja el trabajo innovador y metódico que vienen realizando en sus respectivas líneas de investigación”, Dr. José Leiva, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud y de los Alimentos.
El Primer equipo de investigadores UBB corresponde a: investigador Juan Esteban Reyes, Dra. Gipsy Tabilo y Dr. Mario Pérez, con la solicitud de patente 201903245 presentada en 2019 denominada Proceso para producir productos cárnicos reducidos en sodio que comprende: control de calidad de materias primas, acondicionamiento, inyección de solución para marinado, masaje, embutido de las piezas en tripas artificiales, cocción, enfriamiento, deshilachado, envasado, aplicación de altas presiones hidrostáticas, embalaje y almacenamiento, se encuentra concedida con el N° de registro 64.909 en INAPI.
Y el segundo seleccionado, el investigador Dr. Ricardo Villalobos, con la solicitud de patente 1768-19 presentada en 2019, denominada Formulación de nanoemulsión comestible para reducir la partidura en frutas y verduras, particularmente cerezas, que comprende al menos carboximetilcelulosa, ceras cuticulares de cáscara de tomate, un tensoactivo no iónico, un coadyuvante adherente, glicerol, cloruro de calcio y agua; y proceso de elaboracion de la nanoemulsion comestible, concedida con el N° de registro 65.967 en INAPI.
La Dra. Angélica Caro, vicerrectora de Investigación y Postgrado, felicitó a ambos equipos por esta adjudicación destacando este importante logro tanto para los académicos/as involucrados como para la Universidad.
La Dra. Angélica Caro, vicerrectora de Investigación y Postgrado, felicitó a ambos equipos por esta adjudicación destacando este importante logro tanto para los académicos/as involucrados como para la Universidad.
De igual manera lo hizo el Dr. José Leiva, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud y de los Alimentos. “Junto con saludar, agradezco esta gran noticia; aprovecho de felicitar y reconocer al profesor Juan Esteban Reyes, Dra. Gipsy Tabilo, y Dr. Mario Pérez, junto al Dr. Ricardo Villalobos por este logro, que refleja el trabajo innovador y metódico que vienen realizando en sus respectivas líneas de investigación”.
Por su parte, el académico e investigador Juan Esteban Reyes, del Departamento de Ingeniería en Alimentos, destacó este logro. “Es muy importante, ya que la concesión de la patente es un reconocimiento al esfuerzo de nuestro Grupo de Investigación. No es la primera patente que se nos ha concedido, lo que demuestra el componente creativo e innovador de nuestras investigaciones, siempre enfocadas a ofrecer soluciones a necesidades específicas de la industria alimentaria y/o los consumidores”.
El investigador Reyes subraya la relevancia de lo alcanzado y que potencia el trabajo de investigación llevado a cabo. “La autoría de la invención de esta investigación ha quedado protegida, confiriéndole así la exclusividad a la institución e investigadores para producir, licenciar o vender la invención a las empresas que deseen hacer uso de ésta”, comenta.
Además, el profesor Reyes considera que todos/as los investigadores/as debieran patentar sus creaciones o inventos, porque es la forma de proteger y valorar su quehacer investigativo. “Las patentes, además son un indicador positivo de la actividad investigativa que se desarrolla en las universidades, por lo cual contribuye al prestigio y la excelencia de la institución, alumnos, docentes e investigadores”, asevera.
Es muy importante, ya que la concesión de la patente es un reconocimiento al esfuerzo de nuestro Grupo de Investigación. No es la primera patente que se nos ha concedido, lo que demuestra el componente creativo e innovador de nuestras investigaciones, siempre enfocadas a ofrecer soluciones a necesidades específicas de la industria alimentaria y/o los consumidores”, Juan Esteban Reyes, del Departamento de Ingeniería en Alimentos.
La concesión de la patente -resalta el Dr. Ricardo Villalobos-, representa un hito sumamente importante, ya que significa un reconocimiento del nivel inventivo, novedad y aplicación industrial de la investigación que ha realizado su grupo de investigación. En Chile, continua el Dr. Villalobos, ha logrado posicionarse como el primer exportador de cerezas en el mundo y la cereza se ha convertido en la principal fruta fresca exportada a nivel nacional (temporada 2018-2019). Sin embargo, un factor que incide sustancialmente en la producción anual y calidad de las cerezas, especialmente en las zonas centro-sur, es el desarrollo de partidura (cracking). Este fenómeno se asocia al ingreso de agua a través de su cutícula durante un evento de lluvia en épocas cercanas a su cosecha o bien a la absorción de agua a través de la raíz del árbol. La partidura tiene un impacto económico importante en la industria nacional de cerezas, ya que ellas pierden su valor comercial para el mercado de exportación en fresco y sólo pueden ser destinadas al mercado local o la industria procesadora. Para tratar de prevenir o reducir este fenómeno, se han utilizado varias estrategias, pero algunas de ellas no son totalmente efectivas cuando se producen lluvias mayores a 12 mm en un período de 24 horas o bien su costo de implementación, como es el caso de cubiertas plásticas, es muy elevado para los pequeños y medianos productores.
En este contexto, -agrega, el Dr. Villalobos- la relevancia de esta patente de invención es que la aplicación de la nanoemulsión desarrollada, a base de compuestos naturales extraídos desde residuos agroindustriales, permite reducir la partidura en las cerezas en un 53% respecto de aquellas sin aplicación de nano-emulsión, sin afectar su calidad en postcosecha. Por lo tanto, representa una alternativa que puede ayudar a los pequeños y medianos productores de cerezas a hacer más rentable y competitiva su actividad agrícola, contribuyendo en forma efectiva al desarrollo de la región de Ñuble y de las regiones centro-sur del país.
El Dr. Villalobos, indica que una de las líneas de investigación que realizó desde sus estudios doctorales en España y posteriormente en Estados Unidos, durante un postdoctorado, ha sido el desarrollo de recubrimientos y películas comestibles para la conservación de alimentos. En esta área buscó reducir el impacto mediombiental causado por el uso de materiales de envases para alimentos no biodegradables, mediante el uso de biopolímeros provenientes de fuentes naturales, renovables y con propiedades biodegradables o compostables. Así fue como llegó a identificar el problema de partidura en las cerezas y su importante impacto económico, especialmente en los pequeños y medianos productores. Aquí se planteó desarrollar una nanoemulsión, utilizando ceras cuticulares extraídas desde cáscaras de tomates, para formar un recubrimiento sobre las cerezas, para reforzar la propiedad de barrera al agua que posee la cutícula natural de las cerezas y así reducir el porcentaje de partidura en ellas. “Esta idea fue valorada por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), logrando el cofinanciamiento para el desarrollo del proyecto PYT-2015-0218. Este proyecto se ejecutó entre los años 2015 y 2019 y sus resultados fueron validados en tres temporadas, empleando las variedades Sweetheart y Bing”. Para realizar los ensayos de campo y su validación, se contó con la colaboración de la Sociedad Agrícola Millahue Ltda. y la Agrícola Trincado Rozas Hnos. Cia. Ltda.
Considerando la relevancia de estos resultados, ‘una reducción del 53% de la partidura en cerezas’, el 24 de junio del año 2019 se inició el proceso de solicitud de patente de invención de la formulación y el proceso de elaboración de la nanoemulsión y ahora el 17 de noviembre de 2022 se logró su concesión.
Contar con esta patente -replica el Dr. Villalobos- supone un reconocimiento a la calidad de la investigación y a la rigurosidad científica que desarrolla su grupo de investigación. “También es un incentivo para continuar con nuestras líneas de investigación, ya que con este logro se demuestra que tenemos capacidad para realizar investigación aplicada que puede impactar positivamente a nuestro sistema productivo y contribuir al desarrollo del país”.
A su vez, -continúa- nos alienta a seguir visualizando oportunidades en las que podamos aplicar toda la experiencia acumulada en el desarrollo de recubrimientos o películas comestibles para evitar pérdidas de alimentos, posibilidad de incorporar compuestos bioactivos para el desarrollo de alimentos funcionales, aumentar su vida útil y también para lograr una mayor seguridad alimentaria en algunos productos con potenciales riesgos microbiológicos.
Contar con esta patente -replica el Dr. Villalobos- supone un reconocimiento a la calidad de la investigación y a la rigurosidad científica que desarrolla su grupo de investigación. “También es un incentivo para continuar con nuestras líneas de investigación, ya que con este logro se demuestra que tenemos capacidad para realizar investigación aplicada que puede impactar positivamente a nuestro sistema productivo y contribuir al desarrollo del país”.
Desde la Oficina de Transferencia y Licenciamiento, OTL-UBB instancia que genera desde nuestra universidad la gestión y tramitación ante INAPI, indican el proceso que se ha vivido para alcanzar esta concesión de patente.
La OTL-UBB apoya en todo el proceso de la gestión de la Propiedad Intelectual, (PI) esto nace con un resultado de I+D mínimo a escala de laboratorio y que se encuentre declarado en un disclosure, luego de esto, se analiza la mejor estrategia de propiedad intelectual y se comienza el trámite de redacción de patente, con una solicitud de patente. Luego la OTL-UBB comienza a trabajar en la gestión de la transferencia, el que consiste en acercar este resultado a las empresas o instituciones para que puedan ser masificados a la sociedad.
Cada vez que un inventor llega a un resultado protegible, -resalta Andrea Bustos, coordinadora de la OTL-UBB- lo primero es presentar una solicitud de patente en INAPI, una vez evaluada la tecnología por peritos expertos en la materia, se toma la decisión de conceder o no. “Una patente concedida consiste en el derecho otorgado por el Estado, que impide que terceros exploten por medios comerciales su invención durante un plazo limitado, que suele ser de 20 años”, resalta Andrea.
Y agrega, la relevancia que un invento cuente con una concesión de patente es asegurarle a un potencial cliente que esté interesado en la tecnología, el monopolio de la explotación comercial de un producto a nivel nacional o del territorio donde se proteja, ya que desde la OTL-UBB se busca transferir los resultados de I+D para que el mercado o la sociedad puedan utilizar estos inventos con sello UBB.
La coordinadora de la OTL-UBB comenta que a la fecha la Universidad del Bío-Bío cuenta con 37 patentes concedidas de 58 solicitadas. “Un excelente número considerando que hay alrededor de 3 años de evaluación, e invitamos a acercarse a la OTL-UBB y presentar su disclosure, de esta manera podremos apoyarlos en la evaluación inicial de la PI y comenzar los procesos de gestión de la propiedad intelectual”, subraya.
Fuente: VRIP Comunicaciones
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